Ficha de la sueca

Nombre del User: ¿Hace falta decirlo?

Nombre del personaje: Amber Olsson

Serie y Nombre original: Fem!Suecia de Hetalia

Edad: 24 años

Raza: Humana

Rango: Ciudadana

Sexualidad: Asexual.

Descripción Psicológica: Es una chica muy retraída, fría y callada. Casi nunca habla a menos de que sea necesario, y a primera vista puede parecer alguien muy intimidante, con una mirada fría y fija que parece digna de todo asesino en serie. Pero no hay que dejarse llevar, en realidad no es que sea de ese modo, simplemente es muy tímida y no sabe como relacionarse correctamente con la gente, por ello muchas veces tiende a espantarlos con esa forma de ser, ya que prefiere la soledad y tranquilidad.

No tiene mucha paciencia para con la gente “desesperante”, y por más que no sea tsundere tiende a comportarse arisca y algo violenta con sus “acosadores”, como ella los llama.

En el fondo es más amable y sensible de lo que aparenta… sólo que es muy mala demostrándolo y además tampoco quiere demostrarlo.

Descripción Física: Es una chica alta, rondando por el 1,76, aunque como siempre suele usar tacones de aguja se ve mucho más alta todavía. Sus pechos son grandes, sin llegar a los extremos, y tiene la piel extremadamente blanca, siendo que muchos la confunden con una vampira, y sus ojos, siempre con esa mirada intimidante y fría, son azul claro, viéndose a veces celeste. Su cabello es rubio claro, casi tirando a blanco, y es extremadamente largo y lacio. Le llega hasta los muslos. En sí, parece una muñequita de porcelana.

Usa gafas, y normalmente se la verá con ropa abrigada, ya que es muy friolenta (irónicamente, le agrada el frío).

Imagen:

Spoiler:

Posesiones: Tiene unos tres gatos y miles de novelas románticas.

Historia: Se formó académicamente en una pequeña academia nórdica de vampiros y humanos. Allí, en sus tiempos de juventud, como ella suele llamarlo, se enamoró perdidamente de un apuesto vampiro danés, el cual era muy popular y sobresaliente en todos los aspectos. Era muy sociable, y al ser ella bastante tímida admiraba eso de él, teniéndolo incluso como modelo a seguir.

Una de sus amigas le sugirió confesársele, y el único método que se le ocurrió fue entregarle una carta en la cual expresaba sus sentimientos hacia él. Después de clases una noche de primavera, se la entregó en el patio solitario, haciendo uso de todo su valor para poder siquiera entregársela sin hablar. Durante todo el rato que él estuvo leyendo, ella miraba muy apenada hacia el suelo, nerviosa y observándolo cada tanto de forma tímida para ver sus reacciones ante las palabras que tanto le costaba expresar verbalmente.

Una vez el chico terminó de leer la carta, ella sintió que el corazón se le detuvo a causa de los nervios, durante un tiempo interminable y de incómodo silencio. Entonces, cuando el chico contestó finalmente, pronuncio esas palabras que iban a marcarla por el resto de sus días y determinarían su actitud: “Gracias por tomarte la molestia de escribirme una carta, y aprecio tus sentimientos. Pero no me interesas, eres fea”.

Y así sin más el chico se fue, dejando caer la carta sin cuidado y a ella con lágrimas que no pudieron ser derramadas sino hasta que llegó a encerrarse en su cuarto, con el corazón completamente destrozado.

Desde ese entonces odia a los hombres, en especial a los daneses y vampiros.

Después de esa terrible experiencia, habló con su amiga vampira para que ella fuese su ama y así pudiera graduarse, todo para no caer en las garras de otro hombre, puesto que los aborrecía con todo su ser. Así una vez terminaron el año y se graduaron, su amiga le retiró el contrato y la dejó en libertad, tomando rumbos distintos. Ella principalmente para no volver a toparse con ese desagradable vampiro, además de algún que otro acosador esporádico que la había interceptado cada tanto –uno rubio, alto y bastante idiota, debía agregar-. Viajó hasta Inglaterra, donde se estableció y consiguió trabajo como peluquera primeramente hasta que tuvo lo suficiente para comprar su propio local. Le gustaba mucho la peluquería y estética, pero quiso intentar con algo que fuera más rentable, por lo que estableció un bar al cual llamó “Black Jack”. En un par de años ya tenía una buena clientela y empleados, a pesar de su comportamiento intimidante y antisocial.

También con el paso de los años su rencor se fue delimitando hasta enfocarse únicamente en aquellos hombres que intentan ligar con ella o que juegan de galanes. Los que se le acercan sólo con puras intenciones de amistad y tienen una actitud agradable no le causan problema alguno.

Curiosidades:
-Aún mantiene contacto con su amiga vampira.
-Se gasta fácil dos botellas de champú y acondicionador cada vez que se lava el cabello.
-Sin sus lentes no ve absolutamente nada, tiene muy mala vista y no podría ni llegar a distinguir la cara de alguien conocido a tres pasos de distancia.
-Ese vampiro le dejó con un complejo que no se ha podido quitar, y en el fondo se siente fea, por más que sea todo lo contrario.
-Pese a su “odio al amor”, le encanta leer todo tipo de libro y novelas románticas.
-Aún conserva la carta en la cual había escrito esa declaración, arrugada y manchada con sus lágrimas secas.
-Ahora odia específicamente a los vampiros macho daneses que intenten coquetear con ella.
-El día que sonría será el fin del mundo(?)